
Un equipo único y diferente con un valor enorme para el ciclismo
Por Álex DELGADO | La vuelta del equipo Euskaltel-Euskadi al ciclismo de élite ya es una realidad. Conforme pasan las carreras, cada vez nos damos más cuenta de ello. El equipo vasco ya está ahí y el mítico color naranja se deja ver con más frecuencia en las carreras. La Vuelta será el gran escenario que marque definitivamente su regreso al primer plano del ciclismo.
Primero fue su salto como equipo Pro Team. Un salto que quedó muy deslucido por culpa de la pandemia, que hizo estragos en el calendario ciclista. Carreras como la Itzulia o la Volta a Catalunya quedaron canceladas, y el equipo naranja no pudo lucir como estaba previsto.
Además de cancelarse las carreras más importantes en las que Euskaltel-Euskadi iba a correr, el calendario tan apretado que hubo también jugó en su contra. Porque dejó prácticamente sin espacio mediático a otras carreras y equipos que no están en el World Tour. En ese sentido, el coronavirus se llevó por delante la temporada del regreso del Euskaltel-Euskadi.
El momento ha llegado, el color naranja vuelve
Aunque se ha hecho esperar un año más de lo previsto, la vuelta del equipo vasco ya es un hecho. Este año vemos cómo el calendario se está disputando con mucha más normalidad, dentro de las circunstancias. París-Roubaix aparte, las carreras se van sucediendo y entre ellas, Vuelta al País Vasco y Volta a Catalunya. Esta vez sí se han podido correr y el color naranja se ha dejado ver en ellas. En especial con Mikel Bizkarra brillando en la Volta a Catalunya.
Bizkarra se dejó ver con los mejores en la alta montaña, acabando 17º de la general y consiguiendo un 3º de etapa. Fue el segundo corredor de España en la clasificación general, por detrás de Alejandro Valverde.
Lo cierto es que sorprendió el nivel de Bizkarra en la Volta a Catalunya, incluido a él mismo. Pero lo que diría que más sorprendió fue volver a ver ese color ahí en la pelea con los mejores. Porque ha pasado mucho tiempo desde que dejamos de verlo en las carreras.
Como es normal, llevará un tiempo hasta que nos acostumbremos a ello. Pero ahora es momento de disfrutar por partida doble de esas imágenes como las que vimos en la Itzulia. El color naranja vuelve a estar presente en las carreteras y eso es una gran noticia para el ciclismo.
Mientras tanto, la marea naranja debe esperar
En tiempos de pandemia, el mundo del deporte se ha quedado sin uno de sus actores principales: los aficionados. Las competiciones se suceden y avanzan, pero lo hacen sin uno de los elementos más importantes, el público. Sin éste, el deporte queda cojo y falto de emoción y pasión.
En el caso del Euskaltel-Euskadi, sabemos que es un equipo que cuenta con un gran apoyo de parte de los aficionados. Así lo fue hace ya muchos años, cuando por aquel entonces el color naranja brillaba en el Tour de Francia en las grandes etapas de montaña. Y lo hacía tanto en la carretera, gracias a los corredores del equipo, como en las cunetas, gracias a los aficionados.
La marea naranja se hizo famosa en todo el mundo, poniendo color a esas etapas que llevan a ciclistas y ciclismo a lo más alto. El mundo se detiene para verlas, son las etapas más seguidas y en las que tradicionalmente se han decidido las carreras. Etapas que nos regalan imágenes increíbles, con los aficionados formando pasillos humanos repletos de banderas y colores.
De entre todos esos colores, hay uno que nunca se olvida. Aquellos fueron los años dorados del ciclismo vasco y, aunque el listón está muy alto, el nuevo Euskaltel-Euskadi espera ir poco a poco haciendo ese camino.
El papel de la afición en el ciclismo
El ciclismo es un deporte de ciclistas, no de equipos. Tradicionalmente ha sido así, aunque como es lógico los equipos tratan de que también sea un deporte de equipos. Esto hablando de los aficionados, claro.
El objetivo de cualquier equipo es crear una afición a su alrededor, una comunidad de seguidores que se identifiquen con sus colores, filosofía y valores. Una legión de aficionados que porten su bandera en las carreras, que apoyen a sus ciclistas y, también muy importante en el presente, que hagan mucho ruido en las redes sociales.
Todo esto es lo que las marcas y patrocinadores quieren. Pero en el ciclismo sabemos que es algo muy difícil de conseguir, porque como digo es un deporte de ciclistas y no de equipos. Salvo una excepción: el Euskaltel-Euskadi.
El equipo vasco fue único y diferente en el pelotón gracias a su afición e idiosincrasia. Y espera volver a serlo, trayendo de nuevo ese color naranja a las carreteras. El nombre Euskaltel-Euskadi tiene mucho peso en el ciclismo, un equipo distinto y especial que aporta algo que prácticamente ningún equipo tiene.
El ejemplo de Ferrari y la F1
Un ejemplo muy bueno que se me ocurre es el de la Scuderia Ferrari en la F1. Igual que pasa en el ciclismo, en la F1 la gente es de los pilotos y no tanto de los equipos. En el presente, el público se identifica con Hamilton, Verstappen, Pérez, Leclerc, Sainz, Ricciardo, Alonso… y Ferrari. El equipo italiano es la excepción, pareciéndose más a un equipo de fútbol o baloncesto que a uno de F1.
Si el coronavirus no existiera, veríamos el color rojo en todas las carreras del calendario. El rojo Ferrari siempre está presente, en especial en el GP de Italia, la carrera de casa. El circuito lleno hasta la bandera, con miles de tifosi ataviados con sus gorras, camisetas y banderas de Ferrari. Son imágenes espectaculares que se repiten año tras año, a excepción de la pandemia.
Todo eso que aporta Ferrari a la F1, todas esas imágenes de los aficionados y el color rojo, es lo mismo que aportó Euskaltel-Euskadi al ciclismo durante aquellos años. Por eso su vuelta es tan importante y ha sido tan celebrada.
Tener a equipos que arrastran esa legión de seguidores, con los que aficionados de todas partes del mundo se identifican y sienten suyo, es lo que cualquier deporte persigue. Con la vuelta del Euskaltel-Euskadi, el ciclismo va a volver a tener todo eso de la mano del equipo vasco.
El valor de una marca y la caída de Landa en el Giro
Cuando se habla del valor de una marca, hablamos de todo esto. De qué aporta esa marca en cuestión a las personas y a la sociedad, o al deporte en este caso. El valor de una marca tiene mucho que ver con la imagen que tiene en el público. Su valor depende de la percepción que la gente tiene de ella. Y en el deporte funciona exactamente igual, ya hablemos de los eventos y competiciones, los patrocinadores, los equipos o los deportistas.
¿Por qué el Tour de Francia es la carrera más valiosa de todas? ¿Por qué el maillot arcoíris es una prenda tan distinguida y valorada? Porque el público le otorgamos ese valor, tan sencillo como eso.
En el momento que escribo estas líneas, ha pasado 1 día de la fatal caída de Mikel Landa en el Giro de Italia. La imagen de Landa en el suelo rompió el corazón de muchos aficionados, y no solo del landismo.
Pues bien, yo te hago una pregunta: ¿cuántos de estos aficionados se hubieran cambiado por él para que siguiera corriendo el Giro? Y ahora te pregunto de nuevo: ¿cuántos aficionados se cambiarían si fuera otro ciclista? Apuesto a que muchos en la primera, muy pocos o ninguno en la segunda. Éste es el valor que tiene Mikel Landa para el ciclismo, y el valor real de una marca.
Si Euskaltel-Euskadi vuelve a estar ahí, es gracias en gran parte a la figura de Landa. Así que solo podemos desearle lo mejor y que se recupere lo antes posible. Porque sin él, el ciclismo pierde. Igual que ha ocurrido estos años sin Euskaltel-Euskadi. En la Vuelta a España creo que vamos a empezar a darnos cuenta de ello, si la pandemia lo permite.
A seguir disfrutando de las carreras y que veamos el naranja brillando en ellas. Porque eso serán grandes noticias para el mundo del ciclismo.
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